Cuéntamela otra vez/XLIII



Rudyard Kipling publicó en 1894 El libro de las tierras vírgenes, sin duda alguna la obra más conocida del Premio Nobel británico nacido en la India. El protagonista de los ocho relatos que conforman ese primer libro -porque hay una secuela, publicada un año después- es un niño abandonado y criado en la jungla india, el "cachorro humano" Mowgli, "la pequeña rana".  Algunos de estos cuentos -especialmente el primero, "Los hermanos de Mowgli"-, han sido adaptados una y otra vez -casi una veintena de veces, de hecho- al cine y a la televisión, en animación o acción viva, lo mismo en Hollywood, Japón o la extinta Unión Soviética.
La primera adaptación de El libro de las tierras vírgenes, El hijo de las fieras (The Jungle Book, EU-GB, 1942), provino de dos auténticos especialistas en el género de aventuras exóticas y, además, muy familiarizados con el mundo literario de Kipling, pues habían llevado a la pantalla grande otros dos textos de él: El niño del elefante (1937) y la obra maestra Las cuatro plumas (1939). Me refiero a los hermanos húngaros Korda, Alexander (productor) y Zoltán (director).
Este primer acercamiento a las aventuras de Mowgli es, en el mejor de los casos, una curiosidad: colorida, vistosa y entretenida, pero curiosidad al final de cuentas. La adaptación escrita por Laurence Stallings se desentiende del primer relato, "Los hermanos de Mowgli" y se concentra en otros cuentos, especialmente en "¡Al tigre! ¡Al tigre!" y "La selva invasora", cuando Mowgli (la atlética estrella india Sabú) ha regresado a vivir con los humanos a la aldea más cercana, al lado de su madre Messua (Rosemary De Camp) y bajo la mirada vigilante del ambicioso cazador Buldeo (Joseph Calleia). 
Sin embargo, a las historias de la difícil adaptación de Mowgli a la civilización humana y la de su enfrentamiento con el feroz tigre de Bengala Shere Khan, se agrega otra inútil subtrama en la que Buldeo y dos de sus compinches siguen a Mowgli para que los guíe al lugar en donde se encuentra un cuantioso tesoro escondido. Esta historia -que termina convertida en una antecedente selvático de El tesoro de la Sierra Madre (Huston, 1948)- se aleja bastante del espíritu de los relatos de Kipling, aunque no tanto de las preocupaciones de Zoltán Korda, que en algunas de sus cintas mostró una condescendiente simpatía por los más pobres, a los que consideraba, cual Ismael Rodríguez húngaro, moralmente superiores a los más ricos y poderosos. 
Al final de cuentas, el tema central de El hijo de las fieras termina siendo el rechazo frontal de Mowgli a todo los vicios de la civilización humana, a saber, el amor al dinero, la hipocresía, la mezquindad, el abuso de poder. Por lo mismo, es lógico que en el desenlace, ya convertido en una especie de Tarzán -¡"y en Technicolor"!-, Mowgli decida volver a la selva, rechazando tanto el amor de alguna jovencita como el cálido abrazo de su madre humana, para volver con su verdadera familia, la animal, como si de noble fábula franciscana se tratara. 
Visualmente, la película -filmada mayormente en estudios hollywoodenses- sigue llamando la atención por el colorido de la puesta en imágenes: no es una jungla realista la que vemos, sino una fantástica, en la que los colores más vivos posibles inundan la pantalla. Por supuesto, la interacción de Mowgli con los animales es mínima, como habría de esperarse: hay algunas sobre-impresiones eficaces con Mowgli y la pantera Magheera en el mismo encuadre, pero el resto de las bestias -la cobra sostenida por alambres, el cocodrilo mecánico, la enorme boa Kaa de plástico- no son tan convincentes para los ojos del cinéfilo contemporáneo, mientras que las imágenes de los verdaderos animales -como el oso Baloo o el tigre Shere Khan- solo aparecen en inserts en medio de la acción.



Este tipo de problemas no los tuvo, por supuesto, la casa Disney cuando produjo la versión cinematográfica más famosa de El libro de las tierras vírgenes, la animada El libro de la Selva (The Jungle Book, EU, 1967), dirigida por el veterano Wolfgang Reitherman (codirector de 101 dálmatas/1961, Los aristogatos/1970, Robin Hood/1973), la última cinta supervisada personalmente por Walt Disney, quien moriría antes del estreno.
El libro de la selva fue realizada no precisamente en la década más exitosa, artísticamente hablando, de Disney. La animación xerográfica -que se había usado por ver primera en 101 dálmatas- no permitía la misma limpieza en el trazo ni la elegancia de la animación por celdas, pero resultaba muy rentable porque aceleraba la producción. Que todavía le quedaba mucho a la casa Disney por perfeccionar la este tipo de técnica queda claro si se ven los fondos de la cinta, que resultan demasiado burdos y estáticos.
En todo caso, la calidad de la animación no es el fuerte de El libro de la selva, sino la historia, bien adaptada por una cuarteta de escritores e "inspirada" en "Los hermanos de Mowgli", el primer relato del primer libro, más varios fragmentos de otros cuentos. 
La estructura es muy simple: como el fiero tigre de Bengala Shere Khan ha amenazado con devorar al "cachorro de hombre" Mowgli, el niño criado por lobos es escoltado por su "padrino", la pantera Bagheera, quien lo lleva contra su voluntad a la aldea más cercana para salvarlo. En el camino, cual road-movie selvática y a pata, Mowgli se va encontrando con diversos animales, el pomposo Coronel elefante Hathi, el despreocupado oso Baloo, la tramposa serpiente Kaa, el ambicioso y locochón rey mono Louie, una parvada de buitres distraídos, hasta que finalmente, se enfrenta al temible Shere Khan que ha ido en busca de él.
Más allá de la dispareja estructura episódica de la película, lo que sigue quedando en la memoria personal es el extraordinario trabajo de doblaje en español -de Luis Manuel Pelayo, Florencio Castelló, Alfonso Arau, Flavio y, por supuesto, Tin Tán como Baloo- y los dos números musicales que siguen siendo de lo mejor en la historia animada/musical de la casa Disney: la muy pegajosa canción "Lo más vital" -nominada al Oscar 1968-, cantada por Baloo/Tin Tan cual antecedente directo de la también inolvidable "Hakuna Matata" (cf. El rey león/Allers y Minkoff/1994); y "Quiero ser como tú", la energética pieza de swing interpretada por Flavio en el papel del Rey Louie, en perfecta recreación de la voz original de Louis Prima. 



Disney, que sabe muy bien su negocio, efectuó algunos cambios importantes en la nueva versión de El libro de la Selva (The Jungle Book, EU, 2016), pero algo que no eliminó es, precisamente, ese par de números musicales que, esta vez, son interpretados vocalmente por Bill Murray ("The Bare Necessities") como el encantador baquetonazo Baloo, y Christopher Walken, quien recrea al Rey mono Louie como una suerte de mafioso Rey de Nueva York (Ferrara, 1990), un siniestro y enorme orangután -en realidad, un extinto Gigantopithecus- que canta muy entonadamente "I Wan'na Be Like You".
Por lo demás, la premisa es muy similar a la cinta animada de 1967: Mowgli (el debutante de 12 años Neel Sethi) tiene que huir de la familia de lobos que lo crió, pues el tigre Shere Khan (perfecta voz maléfica de Idris Elba) lo ha condenado a muerte a él y a cualquier animal que lo proteja. La sabia pantera Magheera (voz de Ben Kingsley) acompaña al chamaco a la aldea más cercana, aunque Mowgli preferiría quedarse viviendo el dolce far niente al lado de su nuevo amigo, el simpático y flojonazo oso Baloo, quien lo salvó del abrazo mortal de la hipnotizante pitón Kaa (Scarlett Johansson, ni mandada a hacer para el papelito). Al final de cuentas y después de que Magheera y Baloo rescatan a Mowgli del enloquecido Rey mono Louie, el niño tendrá que enfrentar en el clímax, tal como debe de ser, al malvado Shere Khan.
Los cambios importantes que mencioné arriba están en dos arenas: en la impecable puesta en imágenes -una impresionante selva fotográficamente realista, unos animales generados por computadora que parecen auténticos y, al mismo tiempo, tienen gestos y modos profundamente humanos- y en una brillante adaptación -escrita por Justin Marks- que es mucho más coherente y sólida que las dos versiones antes descritas. Sin renunciar nunca al humor ni a la ligereza -gracias al inspirado trabajo vocal de Murray y a algunas muy logradas escenas cómicas, como esa en la que los metiches amigos de Baloo ven a Mowgli tratar de capturar un enorme panal-, el director Jon Favreau y su guionista Marks han rescatado esta vieja historia para renovarla en la forma y en fondo, pues están igualmente preocupados por el espectáculo visual que por el desarrollo de los personajes y la historia.
Así, la relación de Mowgli con sus familia de lobos está ejemplarmente construida, de tal forma que su separación de ella y el posterior regreso de él para vengar a su padre asesinado Akela (voz de Giancarlo Esposito) y para proteger a su madre Rakhsa (Lupita Nyong'o) del malvado Shere Khan tiene un efectivo peso dramático. Lo mismo sucede en el emotivo desenlace, cuando Mowgli recibe el apoyo de todos los animales de la selva, cual conmovedor homenaje/saqueo capriano en plena jungla. 
Líneas arriba apunté que El libro de la selva (1967) era la más famosa de todas las versiones existentes de El libro de las tierras vírgenes . Esta nueva lectura de la casa Disney podría, con todos los méritos, desbancarla de ese sitio de honor. 

Comentarios

Christian dijo…

A todos los méritos y atributos de esta nueva versión, habría que agregar ese final Hitchcockiano. Muy bueno también.

Pd: qué gran post este.
Joel Meza dijo…
¿Cuántos actores de carne y hueso salen en la nueva? Acá sólo pusieron la subtitulada en 3D y si sólo sale el niño y los demás son animales parlantes, prefiero verla normalita en Español con tal de no ponerme los lentes esos.
Christian dijo…
Solo es el niño Joel.

Bueno hay un par de escenas donde salen unos adultos pero son muy cortas. Yo ya la vi en ambas versiones y creo que si te puedes ahorrar los lentes.


Champy dijo…
Anoche mis vecinos hablaban maravillas de la versión en español... Cual recomiendan más?

Me resistí al principio por el chiquillerio, pero supongo que ya habrá cada vez menos griteria.

2046
Joel: El único actor es el chamaco. Y unos extras que salen por ahí.

Champy: Yo vi la cinta en inglés, con las voces originales, y es muy buena. Supongo que el doblaje en español debe estar decente, pero no la vi en esa versión.
Unknown dijo…
Gracias por el artículo. Esta nueva versión de El Libro de la Selva, dirigida por Jon Favreau, tiene un increíble trabajo de producción, todos los efectos tienen grandes detalles.El elenco de doblaje es maravilloso, entre ellos están, Scarlett Johansson, Bill Murray, Lupita Nyong’o, Giancarlo Esposito , además de quien interpreta a Mowgli que es Neel Sethi, esta nueva entrega nos deja una gran película.

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